notarios
Autor: María Adoración Fernández Maldonado
febrero 4, 2020
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  Notarios y notarías en la “España vacía”

  Durante los últimos meses nos hemos acostumbrado a hablar de la España vacía, de tantos pueblos que  sufren el abandono de sus habitantes. No es un proceso nuevo en la historia, -del campo a la ciudad-, pero sorprende su repetición cuando la revolución tecnológica parece hacer accesible todo, desde compras  a conocimientos a cualquier punto geográfico por lejano o aislado que esté.

 Entre las propuestas para revertir ese éxodo se habla de dotarlos de mejores servicios y buenas comunicaciones.

 Nosotros somos notarios y conocemos esta pérdida de población en primera persona, en la misma primera persona que los vecinos de esos pueblos, porque vivimos y trabajamos en ellos desde hace muchos muchos años, sin que esas plazas notariales hayan desaparecido, lo que, diría que es consecuencia de una forma de organización singular  y de resultados óptimos .

   La estructura del notariado español muestra cómo realizamos nuestra función de manera idéntica en toda España.  Siendo funcionarios, tenemos obligación de cubrir plazas vacantes donde quiera que estén, pero asumimos nosotros mismos los costes del establecimiento, lo que implica la necesaria eficacia económica: intentaremos adaptar los costes de nuestros despachos a su tamaño y nos esforzaremos en prestar el mejor servicio posible pues nuestra función se retribuye únicamente por los ciudadanos que hacen documentos- sin coste alguno para el Estado-.

  Como tales funcionarios, en los últimos tiempos los notarios cumplimos tareas que antes los ciudadanos tenían que hacer ellos por sí mismos o por intermediarios, algo que en municipios aislados y con pocos o ningún profesional ha supuesto evitarles viajes a la ciudad de referencia, gastos y facilitar el proceso documental que puede hacerse en la notaría de principio a fin casi en todos los documentos: cambios en la titularidad catastral, notificaciones a Ayuntamientos y Hacienda, declaraciones y pagos fiscales, inscripciones en registros …

  Me he permitido buscar algunas cifras* de población y reseñar los nombres de los notarios que sirven esas Notarías, nombres reales, cuyos apellidos y direcciones están a su disposición en este enlace del CGN, aquí.

Así, en la muy afectada por la despoblación, CASTILLA LEON, quien acuda a la notaría :

En Fontiveros, con 751 habitantes , se encontrará a Juan

En Castrojeriz, con 803 habitantes, a  Alfredo

En Bermillo de Sayago con 1037 habitantes, a María Jesús

Y en Ledesma con 1636 habitantes, a José

En CASTILLA LA MANCHA

En Cogolludo, con 549 habitantes,se encontrará  a Nerea

En Alcaraz, con 1.405 habitantes, se encontrará  a  Angélica

En Barrax, con 1.864   habitantes, se encontrará a  Cristina

Y En Villahermosa, con 1.854 habitantes , a Marina

En EXTREMADURA

En Alcántara, con 1.480 habitantes, a Carlos

En Montánchez, con 1.732 habitantes, a María

En Guadalupe con 1.887 habitantes, a Belén

Y en Segura de León, con 1.921 habitantes, se encontrará a Mª del Carmen

… Y así, muchos otros pueblos en toda España, cubriendo las casi 3.000 notarías que dan servicio a esos municipios y a otros limítrofes aún más pequeños a los que los notarios se desplazan con periodicidad semanal, quincenal, según las necesidades, para atender personalmente y en el sitio a los poquísimos habitantes, muchos de ellos muy mayores y  con dificultades de movilidad . Así sucede en todo el mapa español,  Península e Islas.

Y, ¿qué hacen estos notarios en esos lugares?

  Como exponía al principio, exactamente lo mismo que sus compañeros de Madrid,  Sevilla, Albacete o Murcia, solo que en las grandes ciudades lo hacen en un día en que con equipos de trabajo más o menos amplios pueden autorizar numerosos documentos mientras que en los pueblos hay mañanas en las que no entrará nadie, pero allí estará, con la puerta de su despacho abierta, el notario, un profesional tan cualificado en Barrax como en Madrid, bien solo o  si los costes se lo permiten, acompañado de algún empleado.

  Podría pensarse que en esos pueblos se hacen solo cosas sencillas, como el médico rural, pero para lo importante, se va a la ciudad, al especialista, allí no te operan ni te pueden hacer una resonancia. No es así por varias razones: Una, externa, porque todas las notarías tienen el mismo nivel tecnológico, desde las de las grandes ciudades hasta los pueblos más pequeños y están interconectadas por medio de una red interna. Allí, siguiendo con la comparación, se puede hacer hasta una operación a corazón abierto o usar el último avance  robótico.

 Y otra razón es interna: hay unas herramientas comunes al notariado que son sus pilares: conocimiento amplio del Derecho, que se aplica viendo y escuchando directamente a las personas;  la competencia que permite elegir notario, lo que sin duda, aumenta la eficacia y responsabilidad por su trabajo.

  La libre elección de notario es unas de las bases de la eficacia. Los monopolios solo son buenos para quienes los tienen, pero nunca para los usuarios de los servicios que soportan costes mucho más altos y menor eficiencia manifestada en dilaciones o cambios de criterios a veces inexplicables, en su perjuicio.

Una ficción notarial -basada en hechos reales- :

  Véngase conmigo a Lahiguera Grande, que es mi pueblo notarial interior y supongamos que tiene alrededor de 1.000 habitantes. ¿No me he presentado? Soy Alfredo, el notario.

 Esta vez es la historia de José, que es ya Pepe, un amigo.

  Año 2019: Pepe es ingeniero y se ha forjado en Dubai primero y en Madrid después. Su abuelo ha fallecido y viene a ver la casa en que vivió, que sabía que él le dejaba en herencia. Decide cambiar de vida y radicarse en un lugar con espacios generosos en las casas y entre ellas, en calles y campos donde las sombras de los árboles se dibujan en la tierra marcando con el ritmo del sol un paso del tiempo que allí hasta parece  menos urgido .

Ha visto que en el pequeño municipio hay Notaría y allí se ha dirigido a preguntar por los proyectos que quiere acometer para orientar su nueva vida, dudando si se puede hacer algo allí o para actos  “importantes” hay que ir a  la ciudad. Veamos qué proyectos puede tramitar notarialmente  un emprendedor en la notaría de lo que podría ser un pueblo de la llamada España vacía:   

  1. Tiene que heredar la casa de su abuelo: en ese despacho notarial le informarán de cada trámite a hacer; desde allí el notario obtendrá copia del testamento de su abuelo o tramitará la declaración de herederos si no hizo testamento, le hará la adjudicación de la casa en una escritura de herencia (si hay otros herederos no tienen que ir a firmar en persona al pueblo, pueden hacer poderes notariales que se envían telemáticamente entre notarios, instantáneamente y sin costes de transporte). Una vez hecha la escritura, se notificará al Catastro para que aparezca Pepe como titular catastral también.  Así pues, proyecto 1, hecho en el pueblo.
  2. Pepe se plantea pedir un préstamo hipotecario a una entidad de crédito para rehabilitar la casa de sus abuelos. Aunque allí no haya Banco o Caja físicamente, una vez aprobado su préstamo por la entidad que sea, en el mismo pueblo, si José elige firmar allí,(pues el prestatario es quien elige notario) se hará la escritura de préstamo, con asesoramiento especial previo a la firma, documentado en un acta.   Proyecto 2, hecho también en el pueblo.
  3. Pepe cree que ha de poner toda la carne en el asador en ese traslado vital y en la planta baja de esa casa va a poner un restaurante con su hermana de chef, que asa sin igual el cochinillo sobre ramas de laurel como le enseñó su abuela. El Banco o Caja  puede facilitarle un crédito para empezar, y eso se documenta en una póliza, que es un documento que el notario le intervendrá, previa información sobre qué significa tener un crédito, si las  comisiones se adaptan a la ley y las consecuencias de ese negocio que Pepe va a realizar. Proyecto 3, hecho allí mismo.
  4. La mente de Pepe no para y, como cree que un huerto les permitiría ofrecer productos excelentes a precios mejores, valora comprar una finca rústica junto a la casa. Sus vendedores quieren cobrar en metálico. El notario le dirá si puede o no pagar en metálico, no todo sirve. La tierra figura en catastro con una cabida muy superior a la que aparece en la antigua escritura de compra de los vendedores. El notario le informará  de los procedimientos para adaptar registro y catastro, y el coste de los mismos, pero en todo caso, su escritura de compra ya recogerá la descripción actualizada y el catastro a su nombre. Proyecto 4, hecho
  5. Pero… todo esto eran los prolegómenos . Aquí viene lo bueno: su padre le va a donar (en escritura notarial, claro) una  cantidad de dinero para  comprar una segunda tierra, allí en ese municipio, asequible como no lo sería para él en la ciudad y edificar una nave que va a ser la base de su más secreto sueño: esa planta de reciclado de plásticos separándolos por medios mecánicos, cuyo procedimiento ha patentado en secreto el grupo de amigos de ingeniería que no tenía ningún mítico garaje, sino un seminario en la universidad con un profesor entregado, con entusiasmo y fe en sus alumnos (es España, créame, esto existe de verdad). Donación hecha satisfactoriamente, compra de terreno y declaración de la obra nueva en construcción con todas las licencias acreditadas notarialmente.  Proyecto 5, hecho; 
  6. Pensando en que va aumentando su riesgo y que el negocio puede ir mejor o peor, el notario le ha informado de cómo constituir con sus amigos una sociedad mercantil, las normas que pueden pactar para regular sus relaciones evitando luego problemas entre amigos y… ¡todo lo puede hacer allí!  En la notaría le pedirán certificación para que puedan darle el nombre propio que no use otra sociedad; hará la escritura; telemáticamente, en minutos, obtendrán el CIF provisional; se presentará la autoliquidación del impuesto y se presentará a inscripción en el Registro Mercantil. Al final el notario le entregará su escritura. Proyecto 6, hecho

Cada uno de estos actos lleva consigo obligaciones fiscales de presentación y  pago de impuestos. La mayoría de las comunidades autónomas permiten el pago telemático de los mismos que se puede hacer desde la misma notaría, y en las propias escrituras se deja constancia de ese pago y se presentan a los Ayuntamientos, Registros de Propiedad o Mercantiles. Cuando estos registran, el notario lo hace constar en la escritura , y todas estas acreditaciones quedan salvaguardadas por la fe notarial y no se pierden y así, completa, se la entrega a quien la otorgó sin que la persona tenga que desplazarse después de firmar a hacer más trámites, recibiendo además en notaría su copia autorizada en formato papel (podrá haber otros formatos y estamos preparados) de escritura  completa para su circulación, por cierto, impoluta e impecable, sin tachaduras ni  graffitis de las oficinas y registros por los que las escrituras pasan y que tan desastrosa imagen dan.

 ¡ Ah! y su Proyecto Ñ,  para hacer tratos comerciales con unos señores de ojos rasgados procedentes del país que todolopuedecomprar, que han llamado, ávidos de invertir en ese método que estos españoles han conseguido, a quienes Pepe va a pedir que vayan a Lahiguera Grande, porque allí también  el notario velará por que todo lo que hagan sea adecuado a ley y controlará la legalidad de documentos extranjeros. Como cualquier profesional, lo que no sepa lo estudiará y consultará con quienes necesite; muchas veces con la “red de compañeros notarios” que tiene, un gran pilar de la institución desde siempre ,que hoy se desenvuelve por  chats que funcionan como enciclopedias de conocimientos circulando a la instantánea velocidad de “whatsapp”. Así pues, Proyecto Ñ, se puede hacer en el pueblo.

  Y, por último a Pepe, nuestro amigo, todo esto le ha llevado a pensar mucho, ha mirado todo lo que está creando y… se ha visto un poco solo.

  Y es tiempo de tomar otra decisión, pensamientos en voz alta en la notaría con Alfredo, el notario, que sonríe mientras le dice, ¡vamos que yo también puedo casarte! Ya me dirás si quieres hacer separación de bienes, luego haz testamento…

   Los protocolos notariales, testimonios de una función notarial vertebradora  en todo el territorio español 

Con este ejemplo, que no es un caso irreal, aunque sí una suma de casos reales, he querido mostrar cómo cualquier prestación a los ciudadanos puede darse con eficacia en el más aislado de los pueblos, en nuestro caso con los parámetros de la función notarial, sin dejar huecos sin cobertura o con una cobertura menguada en ningún lugar del mapa español, lo que a mi entender ayuda a vertebrar y dar cohesión a  una sociedad a la que se ofrecen los mismos servicios al mismo coste y con los mismos funcionarios en todo el país.

    Y , así para cerrar esa historia de cuasi-ficción, una pequeña reflexión común de los personajes:

  …Pepe le dice a Alfredo que está dándose cuenta de que su historia vital desde que llegó a esta villa, con Privilegio de los Reyes Católicos en su día  y hoy en despoblación, se podría contar a través de cada uno de los documentos notariales que ha ido otorgando (porque así, con este verbo-otorgar- usado también para nombrar los actos de los reyes es como los notarios llamamos a cada uno de los actos que Pepe ha ido formalizando –otra solemne palabra de uso diario notarial – cuando comparecía ante el Notario para que diera fe de cada acuerdo, de cada consentimiento, libre e informado, contenido en sus escrituras que nadie pondrá en duda,…

  Alfredo piensa que el protocolo notarial, el conjunto ordenado de las escrituras de ese año 2019 en Lahiguera Grande se ha visto resurgir con ese “repoblador” que ha concebido y empezado a cumplir  sueños que es Pepe, y con él, el Notario ha ido dejando constancia de su historia,  que, al fin, eso son los protocolos notariales, la narración fiel de las historias de los pueblos a través de las de sus hombres y mujeres que allí dejan plasmada con su firma, su voluntad, en cualquier lugar de España, con ellos mucho menos vacía.

*Datos estadísticos de los años 2017 y 2018, según los municipios

Acerca del autor:

Notario de Albacete.

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