Tras la resaca de las I Jornadas de Notartic y un día después de haber vuelto a casa, creo que no solo hablo por mí sino también por mis compañeros cuando digo que el fin de semana en Sevilla ha supuesto una inyección de adrenalina para el notariado inquieto, decidido y con ganas de mejorar.
Es común entre los notarios tener momentos de soledad, cada uno en su despacho, con decisiones que generan una gran responsabilidad por la repercusión que tienen en la vida de las personas, de nuestros clientes. Vivimos además bajo la amenaza continua de las nuevas tecnologías, como si ellas fueran a “mandar a los notarios de vacaciones”, tal y como expresó mi compañera Itziar Ramos en el propio Notartic, en su taller “Notarizando documentos”, pero no sólo a nosotros, si no a muchos profesionales…¿quién no ha oído hablar ya de la sustitución de los abogados por máquinas?
Tras estas jornadas en Sevilla he de decir que me siento orgullosa de pertenecer al colectivo notarial. Tenemos dentro de este conjunto humano mentes brillantes, visionarias, que, si se les da la oportunidad de participar, pueden mejorar (podemos mejorar) cualitativamente nuestro sistema actual y ponernos a la cabeza de los avances tecnológicos que faciliten y refuercen nuestra profesión. Sorprendida me quedé ante la espectacular exposición de Jorge Díaz Cardóniga, Notario de Vera, de cómo podíamos enlazar las bases de datos de forma que al redactar la matriz todo lo contenido en ella hubiera sido previamente contrastado con el cruce de informaciones de bases de datos de Registro Civil, Seguridad Social, Registro de la Propiedad, etc. En una época en que existe “Watson” es inconcebible que tengamos que usar el fax para obtener las notas registrales.
Frente al notariado acomodado y temeroso de la era digital, hay un importante número de notarios jóvenes, y no tan jóvenes, preocupados por nuestro futuro, que más que futuro es presente, abogando por la matriz electrónica (cuestión, que no niego, debería estudiarse cuidadosamente) y los avances tecnológicos y contagiándonos a los demás esa ilusión, ese esfuerzo y esas ganas inagotables por mejorar y adaptarnos, e incluso, adelantarnos, a la realidad del tiempo que está por llegar.
Gracias todos los organizadores y ponentes de Notartic, estoy deseando asistir a Notartic II.
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