Si tuviéramos que comprimir en una sola palabra los motivos que nos invitan a visitar este pequeño pueblo me atrevería a decir: Arte. Sí, Torre de Juan Abad encierra y contiene mucho arte, y si profundizamos algo más podríamos decir y concretar que con esa expresión de arte me quiero referir a literatura, a música y a arquitectura.
Situemos en primer lugar a Torre de Juan Abad en el mapa. Se encuentra al sureste de la inmensa y extensa provincia de Ciudad Real, muy cerca (hacia el sur) de la provincia de Jaén, y dentro de ella, igualmente próxima del Parque Natural de la Sierra de Cazorla; y hacia el este nos encontramos con la provincia de Albacete donde destacaremos también por su cercanía otro Parque Natural, el del Nacimiento del Río Mundo, auténtica maravilla de la naturaleza. Y ya que estamos hablando de Parques Naturales, Torre de Juan Abad se encuentra a unos cincuenta kilómetros del Parque Natural de las Lagunas de Ruidera. Perdón, que mi desenfrenada pasión manchega me desvía de mi objetivo principal de este modesto artículo, que ya dije era y es hablarles de la Torre de Juan Abad.
Pertenece al extenso territorio del Campo de Montiel. Próximos a la Torre (así se suele llamar coloquial y familiarmente cuando los lugareños se refieren a la Torre de Juan Abad) hallamos otros pueblos del mismo Campo de Montiel: Villanueva de los Infantes, Villahermosa, Montiel, Villamanrique … y un largo etcétera.
El acceso por carretera es rápido y cómodo, bien desviándonos en Santa Cruz de Mudela o Valdepeñas si viajamos por la Autovía de Andalucía (A-4), o bien desde la carretera N-322 que une las capitales de Jaén y Albacete, por ambas vías nos podemos encaminar fácilmente hacia Torre de Juan Abad.
Literatura, música y arquitectura. La literatura está protagonizada por D. Francisco de Quevedo y Villegas (que fue “Señor de la Torre de Juan Abad”, transformándose tras el fallecimiento de este escritor y poeta en “Señorío de Quevedo”). Si hablamos de música nos tenemos que referir aquí al Órgano Histórico situado en la iglesia parroquial; y si de arquitectura hablamos, en la Torre de Juan Abad destaca sobremanera el templo parroquial que lleva el nombre de Nuestra Señora de los Olmos, sin olvidar el bellísimo retablo mayor de dicha parroquia.
Aunque no es natural de Torre de Juan Abad sino de Madrid donde nació en 1580, la relación de D. Francisco de Quevedo y Villegas (Gómez de Quevedo Villegas y Santibañez Cevallos es su filiación completa) con este lugar es amplia y extensa; el origen de esta ligazón se debe a que la madre de Quevedo, Dª María de Santibañez, compró el Señorío de la Torre de Juan Abad; pieza importante de este Señorío lo fue la casa sita en la misma población, casa que tras sucesivas reformas y ampliaciones se ha convertido hoy en una magnífica Casa-Museo e importante centro cultural. Igual que esta casa no fue la morada de su nacimiento, como hemos dicho, tampoco sería de su muerte pues Quevedo falleció en el vecino pueblo de Villanueva de los Infantes en el año 1645, si bien la casa sería testigo y forzoso refugio de nuestro célebre escritor en los sucesivos destierros y confinamientos que padeció a lo largo de su vida.
El paso del tiempo y la vida y obra de Quevedo realzó sin duda la importancia de esta casa, consideración y alcance que siempre tuvo pues no en vano ya D. Pascual Madoz en su célebre Diccionario de 1850 dice de ella que era “la casa más notable del pueblo”. Más datos relevantes de este histórico caserón: el 13 de febrero de 1624 y en el viaje que desde Madrid hizo hacia Andalucía pernoctó en la vivienda el rey Felipe IV (desde 1622, fecha del comienzo del reinado de Felipe IV, la figura de Quevedo resurgió de sus anteriores cenizas tras haber caído en desgracia, pues desde entonces Quevedo trabaja y escribe para D. Gaspar de Guzmán y Pimentel Ribera y Velasco de Tovar, más conocido por todos como Conde –Duque de Olivares, valido de Felipe IV).
Sin duda esta Casa-Museo merece ser visitada; téngase en cuenta que allí se encuentran algunos muebles y utensilios que utilizó personalmente el célebre escritor, como un tintero de cerámica y el sillón que el mismo Quevedo usó, amén de numerosos documentos, libros y manuscritos autógrafos. Destacaremos para los juristas en general y para nosotros los notarios en particular que allí podemos examinar el original del testamento de Quevedo; detengámonos unos minutos y comprobemos las formalidades, requisitos y expresiones jurídicas de la época. El testamento está fechado el 25 de abril de 1645 con intervención del Escribano Real (y no de notario, antecedente en parte de la figura del notario) pues recordemos que la institución notarial surge en España tras la publicación de la Ley Orgánica de 1862. No me resisto a dejar de plasmar el siguiente enlace donde nuestro compañero Plácido Barrios Fernández, quien actualmente sirve y atiende una de las notarías demarcadas en Alcalá de Henares (Madrid), hace un breve pero muy documentado e ilustrativo artículo detallándonos el paso de escribanos reales a notarios (“De escribanos a notarios: breve recorrido histórico”. Nº 79 Revista “El Notario del Siglo XXI”. Mayo-Junio 2018).
A continuación dirigimos nuestros pasos a la iglesia parroquial, bajo la advocación de Ntra. Sra. de los Olmos; compuesta de una sola nave, planta de cruz latina, con crucero en forma de bóveda. Sin duda, y una vez dentro de la iglesia, nuestra vista se dirigirá rápidamente a contemplar y admirar el bellísimo retablo mayor, de estilo manierista en madera tallada, formado por tres cuerpos y tres calles, y reconoceremos la talla de los Apóstoles, doce tallas completas.
Y no dejemos de mirar hacia arriba para descubrir el admirable artesonado, igualmente de madera tallada; su autor Francisco Cano, familiar de Alonso Cano (a destacar otro apunte manchego, aunque se me acuse con razón de aprovechar cualquier circunstancia para pensar en La Mancha: el padre de Alonso Cano, Miguel Cano, era natural de Almodóvar del Campo localidad que se encuentra en el otro extremo de la provincia de Ciudad Real, muy próxima a tierras cordobesas). Y en la quietud y belleza de este templo recordemos que dentro de estos mismos muros, en este mismo sagrado recinto donde nos encontramos, estuvo nuestra santa andariega, Santa Teresa de Jesús, cuando asistió a la eucaristía un 16 de febrero de 1575, camino de Beas de Segura –donde llegaría a fundar convento- en la cercana provincia de Jaén.
Sin salir del templo parroquial, admirará nuestra vista y, si es posible, oirán y escucharán con gozo nuestros oídos las notas que emite el órgano de esta parroquia. Gran parte de los visitantes que de todos los lugares del mundo (sí, no es exageración ni afirmación gratuita) llegan a Torre de Juan Abad lo hacen para oír este maravilloso órgano barroco.
Pues bien, en el origen de este instrumento musical algo –o mucho- tenemos que ver los notarios pues no en vano y gracias a la labor de guardia y custodia que tenemos los notarios de los protocolos (artículo 279 Reglamento Notarial: “Los Notarios y Archiveros serán responsables de la integridad y conservación de los protocolos”) de las notarías que servimos y atendemos –custodia que en algunas ocasiones hemos compartido con archivos parroquiales o municipales- y, con el paso del tiempo los archivos históricos una vez transcurridos los cien años cuando ya el contenido del protocolo deja de ser secreto (artículo 303 Reglamento Notarial: “Dentro de los límites establecidos en el artículo 32 de la Ley del Notariado, los Archiveros de protocolos, en los días y horas hábiles que tengan señalados, deberán facilitar a las personas de notoria competencia en los estudios de investigación histórica la consulta de documentos que cuenten más de cien años de antigüedad y ofrezcan indudable valor para dichos estudios, adoptando en todo caso las medidas necesarias para la conservación de los documentos que estén bajo su custodia”), se ha podido saber que el 24 de abril de 1763 el Maestro organista D. Gaspar de la Redonda Zeballos se obligó frente a la parroquia de Torre de Juan Abad “…a labrar, construir, conducir y sentar para la Yglesia Parroquial de ella un órgano…”; tal asunción de obligaciones tuvo lugar en escritura pública firmada en dicha fecha ante el escribano D. Francisco Joseph Romero.
Atraídos por este órgano (que conserva prácticamente todas sus piezas originales, habiendo sido restaurado en el año 2001) llegan, como ya dijimos, aficionados a la música de todos los rincones del mundo pues en este templo tiene lugar todos los años el Ciclo Internacional de Concierto. Por aquí acuden –y muchos repiten actuaciones- célebres organistas de prestigio como el organista de San Pedro del Vaticano Joan Paradell, el maestro parisino Francis Chapelet, Montserrat Torrent que es Premio Nacional de Música y Medalla de Plata del Mérito Artístico en las Bellas Artes, el organista titular de la catedral de Amberes Joris Verdin, el también titular de la catedral de Burdeos Christian Mouyen … y un largo etcétera.
Dos apuntes últimos para finalizar; el uno, relativo al gentilicio de los vecinos de Torre de Juan Abad, y torreños es tal gentilicio. El otro, relativo al ámbito jurídico y notarial, decir que no existe notaría demarcada en esta localidad y para actuaciones en el lugar habrá que estar al contenido del artículo 117 del Reglamento Notarial como ya hemos comentado en otra colaboración anterior en esta misma NotaríaAbierta; pertenece al partido judicial de Villanueva de los Infantes y las fincas y derechos reales inscribibles en el lugar corresponden al Registro de la Propiedad de la misma localidad infanteña.
Ignacio García-Noblejas Santa-Olalla, Notario de Madrid
Ignacio García-Noblejas Santa-Olalla, compañero de Madrid, nos ofrece hoy en notaríAbierta su segunda colaboración (y en agenda ya tenemos la tercera) como Firma Invitada. La dedica a una tierra que ama, disfruta y conoce muy bien. Con esta entrada de hoy son ya diez las que tenemos en la sección Nuestros Pueblos. Gracias Ignacio, hasta dentro de muy poco.
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