En mi anterior colaboración hice alusión a un acta notarial que reseñaba una jornada cervantina que tuvo lugar en Argamasilla de Alba (Ciudad Real) un 23 de abril de 1953.
En esta ocasión haré referencia al otorgamiento de una escritura en el interior de la mismísima “Cueva de Medrano”, sita en dicha villa manchega. El nombre de “Cueva de Medrano” se debe a estar este renombrado y lúgubre lugar en un edificio que en origen fue de los Medrano, importante e influyente familia en la época en que se dice estuvo encerrado y preso en ella Cervantes dando luz y nacimiento al Quijote en esta mazmorra, llegando a ser Alcalde uno de los miembros de dicha familia Medrano, de ahí que también sea conocida como “Cueva del Alcalde Medrano”.
Antes de reseñar y ver el contenido propiamente dicho de la escritura de fundación sepamos algo más de la persona y la obra del propio fundador, de este artista. Gregorio Prieto Muñoz, hijo de Ildefonso Prieto (carpintero de profesión) y Froilana Muñoz, nace en Valdepeñas (Ciudad Real) un 2 de mayo de 1897. Siendo aún Gregorio de muy corta edad se traslada la familia a Madrid y en la Villa y Corte nace su afición por la pintura. Pese a la oposición paterna, y sin que su padre lo supiera, aprueba el joven Gregorio el examen de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando donde tuvo como profesores en esta época, y entre otros, a Ramón del Valle Inclán y Julio Romero de Torres.
Su primera exposición individual fue en el año 1919 y tuvo lugar en Madrid. A partir de entonces sus exposiciones, no sólo en España sino en todo el mundo, fueron numerosísimas así como sus estancias en el extranjero con diversas becas de estudio de pintura: París, Roma, Londres y otras ciudades extranjeras. Especial importancia tendría en su vida artística la estancia en Roma en la Academia de Roma, donde permaneció cuatro años.
La lista de personajes con los que Prieto estuvo relacionado a lo largo de su extensa vida es muy amplia y variada: Miguel de Unamuno, Vázquez Díaz, Rafael Alberti, Federico García Lorca, Juan Ramón Jiménez, Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso, Francisco Ayala, la Duquesa de Alba, Luis Cernuda, Gerardo Diego, Gregorio Marañón … y un larguísimo etcétera.
En su ciudad natal de Valdepeñas falleció el artista el 14 de noviembre de 1992.
La obra pictórica de Gregorio Prieto tuvo varias etapas: realismo, clasicismo, postismo… Fiel a su carácter innovador y vanguardista, trabajó también el “collage”, la fotografía y fue dibujante e ilustrador de un buen número de libros.
El paisaje de su querida tierra manchega siempre le acompañó a lo largo de toda su vida, destacando sobremanera su célebre colección de los Molinos de Viento de La Mancha. Cual caballero andante contemporáneo, Gregorio luchó, peleó y batalló –sin otras armas que no fueran su palabra clara, sus pinceles y su escritura- en pro de esos elementos tan característicos del paisaje y la geografía manchega como son los Molinos de Viento, su conservación, protección y restauración. Los archivos de la Fundación Gregorio Prieto pueden también dar fe de esta singular batalla con los escritos que Gregorio Prieto remitía sin cesar a distintos organismos y asociaciones. Incluso llegó a adquirir –de su propio peculio y a su costa- algunos molinos ¡tal era el embrujo y enamoramiento que sentía Gregorio hacia estas verdaderas joyas de nuestro patrimonio manchego!
En uno de los libros que escribió, titulado precisamente “Molinos” (1966), afirmaba Gregorio Prieto que una de las cosas que más le había impactado durante su niñez en su pueblo natal, Valdepeñas, eran los molinos de viento “esos misteriosos artefactos que pronto ejercieron sobre mí una poderosa fascinación”.
Título de la obra “Molinos de Valdepeñas” (1954). Autor: Gregorio Prieto. Museo Reina Sofía (Madrid)
Sin duda fue Gregorio Prieto un insigne cervantista, profundo admirador de Cervantes. Con todos estos antecedentes, no es de extrañar que no encontrara mejor oficina y lugar Gregorio Prieto para la firma de la escritura de la Fundación que lleva su nombre que la propia “Cueva de Medrano”, lugar mágico y atractivo para él y fuente de inspiración a lo largo de su vida.
Por las hemerotecas sabemos que años antes de la firma de la Fundación, en 1962 en concreto, fue expuesta una colección de pintura del Quijote con la firma de este pintor en la propia “Cueva de Medrano”, cuadros que realizó Gregorio Prieto a partir del año 1950 tras la vuelta de su estancia en Londres, copiando del natural rostros y paisajes manchegos y otros pintados en el interior de dicha Cueva.
Y dos días antes del acto y celebración de la constitución de la Fundación se encerró voluntariamente el artista permaneciendo esas cuarenta y ocho horas previas en la “Cueva de Medrano” –cueva y a la vez prisión- como singular vela de armas antes de tan importante acontecimiento, cual Quijote moderno y redivivo.
Sin más dilación, he aquí el comienzo de la escritura de la “Fundación Gregorio Prieto” en la Cueva de Medrano
“En la villa de Argamasilla de Alba, a doce de Marzo de mil novecientos sesenta y ocho, festividad de San Gregorio Mayor”. (Sin duda la fecha debió ser elegida por el artista, hombre devoto y con fuerte inclinación y atracción por todo lo espiritual, siendo también Vírgenes, Santos y Ángeles motivo y tema de muchas de sus obras pictóricas).
Sigue la escritura, cuyo número de protocolo es el novecientos setenta y ocho:
“Ante mí, JOSE-ANTONIO GARCIA-NOBLEJAS Y GARCIA-NOBLEJAS, Notario del Ilustre Colegio de Albacete con residencia en Tomelloso,
COMPARECE, en el lugar conocido por “Cueva o Prisión del Alcalde Medrano”:
DON GREGORIO PRIETO MUÑOZ, mayor de edad, soltero, artista pintor, vecino de XXX, con D.N.I. XXX vigente, a quien conozco”.
Más adelante, como motivo o argumento de la constitución de su Fundación, expone:
“I.- Que es su antiguo propósito, largamente meditado y considerado, constituir, con sus bienes patrimoniales, libros, manuscritos, colecciones artísticas y especialmente con la producción artística de su propiedad y muy en particular con los Molinos de Viento que posee en la actualidad o le han sido ofrecidos formalmente y los que pueda recibir en el futuro, una Fundación de interés público y carácter benéfico-docente, conforme a la legislación especial en vigor, que reúna tales bienes en su conjunto, constituyendo con ellos una unidad patrimonial, encaminada a la mejor y más digna conservación de los mismos, bajo la protección del Estado, en bien de la cultura española y universal, evitando su fraccionamiento, dispersión y abandono, como lamentablemente ha sucedido con la obra de tantos otros artistas del pasado.
Esta Fundación puede ser constituida con absoluta libertad de disposición por el señor compareciente, que carece de toda clase de herederos forzosos”.
En el apartado “OTORGA” de la escritura que estamos reseñando insiste su fundador en el tema que tanto le preocupaba de los Molinos al hablar del objeto de la Fundación:
“…Especial atención dedicará la Fundación al sostenimiento y conservación de los Molinos de Viento que le sean propios, por cuya restauración se desveló siempre el fundador, hasta conseguir hacerlos resurgir en el paisaje español”.
Además de otros requisitos legales que se recogen en la escritura (como capital y desembolso inicial, y nombramiento del Patronato y su Comité Ejecutivo), señala la misma una extensa relación de Patrones de Honor que son designados en la propia escritura fundacional, encontrando en esta amplia relación los nombres de la Duquesa de Alba, D. Ramón Menéndez Pidal, D. José María Pemán Pemartín, el Sr. Marqués de Lozoya … y un largo etcétera.
Azulejo conmemorativo de la escritura de la Fundación Gregorio Prieto (12-Marzo-1968)
Ignacio García-Noblejas Santa-Olalla, Notario de Madrid
Ignacio García-Noblejas Santa-Olalla, compañero de Madrid, nos ofrece hoy en notaríAbierta su cuarta colaboración (y segunda parte de la tercera) como Firma Invitada. La dedica, de nuevo, a una tierra que ama, disfruta y conoce muy bien. Con esta entrada de hoy son ya doce las que tenemos en la sección Nuestros Pueblos. Gracias Ignacio, hasta cualquier otro día.
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